Si le pides a cualquier persona que te diga el nombre de algún científico que conozca, seguramente esa lista de personajes de ciencia estará encabezada por Albert Einstein.
El genio de la relatividad es una de las imágenes más familiares y recordadas de todo el mundo. Un personaje fácilmente reconocible, no sólo por sus grandes logros científicos, sino también por su original personalidad.
En efecto, Einstein es un personaje crucial en la Historia de la Ciencia, pero no sólo es famoso por sus teorías y descubrimientos. Gran parte de su celebridad es debida a su carácter, a su forma de ser y por supuesto, a su humor.
Hoy, en DIOSX1DIA, vamos a dejar por un momento las complicadas fórmulas del espacio-tiempo y nos vamos a dar un paseo por esos grandes toques de humor que el genio alemán nos regaló.
Y digo "genio alemán" aunque en realidad hay que recordar que Einstein tuvo hasta tres nacionalidadesdistintas a lo largo de su vida. Nació en Ulm (Alemania), en 1900 obtiene también la nacionalidad suiza y más tarde, ante el peligro del nazismo en Europa, emigra a Estados Unidos consiguiendo su tercera nacionalidad en 1940.
Einstein bromeaba sobre estos tres pasaportes diciendo que "si hubiera fracasado con mis teorías, los americanos hubieran dicho que yo era un físico suizo; los físicos que era un científico alemán; y los alemanes que era un astrónomo judío".
Y recordando los duros años de la Alemania nazi, Einstein tuvo muchos problemas en aquella época por sus orígenes judios. En 1905, tras publicar su teoría de la relatividad, Einstein sufrió una campaña de desprestigio que vino acompañada por un libro titulado: "100 científicos contra Einstein"... cuando le preguntaron qué opinaba de ese libro, respondió: ¿cien?, ¿para qué tantos?, si yo estuviera equivocado, con uno sólo sería suficiente...
Y hablando de humor, también hay que decir que Einstein llegó a reunirse con el verdadero genio del humor de todos los tiempos: Charles Chaplin. El científico le dijo lo mucho que le gustaban sus películas y añadió: "Señor Chaplin, su arte es universal. Todo el mundo le comprende y le admira". El bueno de Charles, se rió y le contestó: "Su caso, Señor Einstein es mucho más increíble:Todo el mundo lo admira y prácticamente nadie lo comprende".
Otra curiosidad quizá desconocida es la afición que Einstein sentía por el violín. El físico no sólo se manejaba bien en el mundo de la ciencia, sino que también se movía con elegancia en el mundo de las artes. Era frecuente que en las reuniones de amigos, Einstein sacara su instrumento y deleitara a los asistentes con un pequeño concierto.
Sin embargo, no sabemos a ciencia cierta si Einstein tocaba bien o por el contrario desafinaba de vez en cuando... En una ocasión, un dibujante de viñetas que se encontraba presente mientras el físico daba un recital comenzó a reirse de su forma de tocar el violín.
Einstein se acercó y le contestó: "Está muy mal eso de reirse del trabajo de otros... yo nunca me rio con su trabajo" (Imagino que esto es lo peor que se le puede decir a un humorista).
Un periodista le preguntó a Einstein”¿Me puede Ud. explicar la Ley de la Relatividad?” y Einstein le contestó “¿Me puede Ud. explicar cómo se fríe un huevo?”.
El periodista lo miró extrañado y le contesta “Pues, sí, sí que puedo”, a lo cual Einstein replicó “Bueno, pues hágalo, pero imaginando que yo no sé lo que es un huevo, ni una sartén, ni el aceite, ni el fuego”.
En una reunión social Marilyn Monroe se cruzó con Albert Einstein, ella le sugirió lo siguiente: “Qué dice profesor, deberíamos casarnos y tener un hijo juntos. ¿Se imagina un bebe con mi belleza y su inteligencia?”. Einstein muy seriamente le respondió: “Desafortunadamente temo que el experimento salga a la inversa y terminemos con un hijo con mi belleza y su inteligencia”.
“Todos somos muy ignorantes. Lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas”.
“Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro”.
“Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”.
“La vida es muy peligrosa. No por las personas que hacen el mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa”.
“En los momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento”.
La última misiva. La última carta que escribió Einstein, con fecha del 11 de abril de 1955, estaba dirigida al filósofo y matemático Bertrand Russell para aceptar la forma final del documento posteriormente conocido como el "Manifiesto Russell-Einstein", en que se llamaba a una conferencia para estudiar los peligros de la carrera armamentista y advertían que existía "un peligro muy real de exterminación de la raza humana por el polvo y la lluvia de las nubes radioactivas" y que la única "esperanza para la humanidad es evitar la guerra".
Ante los avances en el campo de la física, le consultaron si sabía cuales serían las armas que se emplearían en la Tercera Guerra Mundial, si la hubiera. Él le contestó que no desconocía cuales serían dichas armas, pero de lo que estaba seguro es que en la Cuarta Guerra Mundial el humano se enfrentaría con palos y piedras.
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